viernes, 12 de diciembre de 2008

EL MIEDO DE LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS CRECE EN LAS CALLES DE QUITO

Uno de los principales síntomas de que una sociedad atraviesa una crisis, tanto económica como social, es el crecimiento de la delincuencia en las calles. Esto es tan solo el resultado de la mala distribución de los recursos, la concentración de poderes y las escasas oportunidades con las que muchos ecuatorianos cuentan para progresar.

La inseguridad en las calles del distrito metropolitano cada día es más evidente, a plena luz del día y frente a los ojos de águilas y de los quiteños ocurren asaltos, robos y atracos, la imposibilidad de defenderse frente a ellos y de socorrer a quien necesita por temor a ser lastimados se ha convertido en la nueva tradición de la capital.
Uno de los blancos preferidos por los antisociales son las Universidades, por la constante circulación de estudiantes, transeúntes y profesores que por lo menos tienen una calculadora de la cual los ladrones pueden sacar provecho. El robo de celulares, de i pods y billeteras ya no es suficiente, asaltos a mano armada, robo de radios, llantas de emergencia e incluso de autos son la especialidad del día.

La nueva ubicación de la Universidad de las Américas ha contribuido con el acelerado crecimiento de los robos, la avenida 6 de diciembre y Granados, a pesar de ser una de las más concurridas, es también uno de los sitios favoritos de los asaltantes, ya que la mayoría de los estudiantes de la UDLA se ven obligados a tomar la Ecovía.
El lunes de esta semana saliendo de la clase de marketing, Kevin Vanegas, estudiante de Periodismo (UDLA) fue sorprendido en el semáforo por dos personas que con un arma de fuego y groseras amenazas lo obligaron a abandonar su auto: ¨Fue en cuestión de segundos, hacia calor, a nadie se le ocurriría ir con los vidrios cerrados, es increíble que a metros de tu universidad sufras este tipo de atropellos¨.

Los guardias del Centro Comercial Granados afirman que ellos no han visto nada sospechoso, que con la presencia de los policías que están encargados del tráfico vehicular de la mañanas esta todo bajo control, sin embargo los estudiantes cada día tienen un robo nuevo que contar.

En la Católica uno de los principales factores para que sus estudiantes sean victimas de robos son los horarios, debido a que esta universidad abre sus puertas desde las siete de la mañana hasta casi las diez de la noche y que los guardias de seguridad no cumplen con su verdadera función ya que semanas atrás llevados por sus ideologías racistas golpearon a un estudiante negro de la universidad confundiéndolo con un ladrón este hecho indigno a toda la ciudad, en especial a los estudiantes de la PUCE que a pesar de casi nunca ser participes de protestas se levantaron por la defensa de los derechos humanos y solidaridad con su compañero.

La parada del víngala por su poca iluminación y la relativa distancia de la universidad, es otro blanco para los asaltos, Camila Almeida, estudiante de derecho de la Católica, afirma que hace menos de un mes caminando hacia la parada de buses para dirigirse al Valle de los Chillos le arrebataron bruscamente su mochila.

La Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) sufre los mismos estragos de las universidades antes mencionadas, a sus alrededores existen varios centros donde sus estudiantes se concentran, Verónica Suárez estudiante de Hotelería y Turismo también fue victima de los delincuentes, salía de un bar con dos amigas y se dirigía a su última clase cuando dos mujeres de aproximadamente unos 30 años de edad le quitaron la laptop y salieron corriendo a toda prisa.

Quejas y denuncias van y vienen, los estudiantes no se sienten seguros ni protegidos de ninguna manera, los padres de familia temen por la seguridad de sus hijos, las autoridades deben tomar medidas en el asunto, puesto que ellos deben velar por la integridad de sus alumnos, afirma Alexandra Aroca, madre de familia.